martes, 24 de abril de 2012

Basico I: 1) lezione: Introduzione alla Lingua Italiana

Lengua Italiana
Historia
La lengua italiana pertenece a la rama itálica de lenguas indoeuropeas, siendo la lengua oficial en la República de Italia, donde es hablada por más de 50 millones de personas si incluimos el dialecto sardo. Además, el italiano es una de las tres lenguas oficiales en Suiza y es hablado en comunidades que habitan en América y el norte de África, lo que elevaría la cifra total del número de hablantes a 60 millones de personas.
El ejemplo textual más antiguo en italiano procede del siglo X. En los siguientes 300 años la poesía fue escrita en varios dialectos hasta que el toscano surgió como una de las lenguas literarias más grandes del mundo por el genio de Dante Alighieri (1265-1321). La Divina Comedia fue escrita entre 1310 y 1314. Petrarca y Boccaccio completan el trío de grandes escritores del siglo XIV. El prestigio que adquirió el toscano, específicamente el florentino, fue corroborado en el siglo XIX, cuando la unión política puso la cuestión de la lengua unificada en candelero. Alessandro Manzoni, que presidió el comité que tomó esta decisión, fue impelido a reescribir su obra maestra I Promessi Sposi en toscano florentino, habiéndola escrito primero en lombardo.
En las historias de la literatura italiana suelen consignarse como primeros documentos del italiano las fórmulas de juramento del placito capuano, decisión jurídica redactada en Capua en 960; sin embargo, habría un monumento anterior, en caso de que pueda considerárselo decididamente vulgar y es la adivinanza veronesa escrita en un oracional mozárabe del siglo VIII o IX a más tardar, que dice:
separebabouesalbaprataliaaraba & albauersoriiteneba & negrosemen
seminaba
gratiastibiagimusomnipotenssempiternedeus.

La reconstrucción de ese texto sería la siguiente:
Boves se pareba
e(t) albo versorio teneba,
alba pratalia areba
e negro semen semineba.

La fórmula del juramento del placito capuano de marzo de 960 pronunciada por el juez Arechisi para dirimir un pleito entre el monasterio de Montecasino y Rodelgrimo d'Aquino, está redactada en latín pero el testimonio se reproduce con las mismas palabras de la lengua vulgar con que se pronunció; como es demasiado largo sólo reproducimos unos renglones que contienen la frase vulgar (en letras cursivas): 
'...Ille autem, tenes in manum predicta abbrebiatura, que memorato Rodelgrimo hostenserat, et cum alia manu tetigit eam, et testificando dixit: Sao ko kelle terre, per kelle fini que ki contene, trenta anni le possette parte Sancti Benedicti. Deinde ante nos benire fecimus predictum Teodemendum diaconum et monachum, quem similiter monuimus de timore Domini, ut quicquid de causa ista ueraciter sciret diceter ipsos. Ille autem, tenens in manum predicta abberbiatura, et cum alia manu tangens eam, et testificando dixit: Sao ko kelle terre, per kelle fini que ki contene, trenta anni le possette parte sancti Benedicti. Nobissime autem fecimus ante nos benire memoratum Garipertum clericum et notarium, et ipsum similiter monuimus de timore Domini et quod veraciter sciret de causa ista diceret eos...'
De Raimbaut de Vaqueiras, que citamos a propósito del gascón, tenemos una segunda copla en italiano:
Io son quel que ben non aio,
ni jamai non l'averò,
ni per april ni per maio,
si per madona non l'ò:
certo que en so lengaio
sa gran beutà dir non so,
chu fresca qe flor de glaio:
per qe no me'n partiró.

Del mismo Raimbaut es notable una discusión bilingüe entre un trovador provenzal y una dama genovesa; a una estrofa en provenzal, puesta en boca del juglar, sigue otra en genovés, atribuida a la dama. La fecha es de seguro anterior a 1194. La primera estrofa genovesa es la siguiente:
'Jujar, voi no se' corteso, qe me chaidejai de zo, qe niente no farò. Ance fossi voi apeso! vostr'amia no serò. Certo, ja ve scanerò pronezal malaurao! Tal enojo ve dirò; sozo, mozo, escalvao! Ni za voi no amerò, q' e' chu bello marì ò, qe voi no se', ben lo so. Andai via, frar', en tempo millorado.'
Datos
Aunque con grados variables de competencia, la práctica totalidad de los aproximadamente 57 millones de habitantes del país usan el italiano, al menos a la hora de resolver gestiones diversas. Es lengua oficial en Suiza, que cuenta con 300.000 hablantes en los cantones de Ticino y Graubünden, así como en la Unión Europea. 
Eslovenia y Croacia acogen desde hace mucho tiempo comunidades de origen veneciano en Istria y Dalmacia (aprox. 300.000 habitantes). En Malta, el italiano llegó a convertirse en la lengua de la cultura y de la administración. La expansión colonial del siglo XIX fue la responsable de que el italiano se convirtiese en la segunda lengua más importante de Eritrea, donde también prosperó un auténtico pidgin. 
En el resto de los casos, la presencia de comunidades italianas es el resultado de un proceso de emigración: si bien la expansión del italiano fuera de Europa no puede compararse con la española, la portuguesa o la francesa, existen minorías italianas significativas en Estados Unidos (aprox. 4.000.000), Argentina (aprox. 1.500.000) y Brasil (aprox. 500.000), los destinos preferidos antes de la Primera Guerra Mundial, así como en Canadá y Australia (aprox. 500.000 en cada país). Con la excepción de una minoría culta, la lengua de estas comunidades de emigrados es generalmente su dialecto nativo o una coiné dialectal originada en el país de llegada y que se ha visto influida, en mayor o menor grado, por la lengua local. En Argentina, el continuum lingüístico híbrido entre español e italiano recibe el nombre de cocoliche
Dialectos
Una división dialectal de Italia sería la línea que se aproxima a los Apeninos septentrionales, estando al norte de dicha línea el piamontés, lombardo, veneciano, etc. y al sur el toscano, umbro, napolitano, calabrés y siciliano. A pesar de la homogeinización de la lengua normativa por los medios de comunicación, la mayor parte de los dialectos están muy vivos y muchos italianos usan la lengua en dos niveles socio-lingüísticos: el dialecto local en la familia y entre amigos y el italiano normativo en las demás ocasiones formales.
Así podríamos dividir lingüísticamente a Italia:
  • grupo central: toscano, marquesano, umbro.
  • grupo meriodional: romanesco, abruzés, apuliano, napolitano, salentino, lucaniano, calabrés, siciliano.
  • grupo septentrional o altoitaliano: piamontés, lombardo, veneciano, genovés, emiliano-romañol. A este grupo también se le denomina galoitálico, aunque este apelativo se presta a confusión pues el sustrato gálico también afecta al ladino dolomita y, fuera de Italia, al francés, al provenzal. El emiliano-romañol se habla en la región de Emilia-Romaña, en partes de la provincia de Pavía, Voghera y Mantua en la Lombardía meridional, en el distrito de Lunigiana en el noroeste de Toscana, en la República de San Marino y en la provincia Pesaro-Urbino en la región de Marche. El número de hablantes oscila entre 1 y 2 millones, si bien las cifras van decayendo. Está amenazada, pudiendo considerarse ambas, emiliano y romañol lenguas separadas. El piamontés, hablado en la región del Piamonte salvo en la provincia de Novara, los valles occidentales Alpinos y las regiones meridionales fronterizas así como en la frontera de la provincia de Savonia en Liguria, cuenta con dos millones de hablantes, aunque en las ciudades y entre los jóvenes su uso ha disminuido drásticamente. Está seriamente amenazada.
    El lombardo se habla en la región de Lombardía, salvo en las zonas meridionales, y en la provincia de Novara, en el Piamonte, así como en asentamientos inmigrantes procedentes de los siglos XII y XIII en el sur de Italia y Sicilia. Aunque hay algunos millones de hablantes su uso, especialmente en ciudades y entre los jóvenes, ha decaído grandemente. En Suiza se habla en el cantón Ticino y en el distrito Mesolcina y en dos más al sur de St. Moritz, en Graubünden (Grigioni) por unos 300.000 hablantes. Está amenazado.
    El ligurio se habla en Liguria y regiones adyacentes del Piamonte, Emilia y Toscana por más de 1 millón de hablantes, si bien el desplazamiento al italiano es más marcado que en otras partes del norte de Italia. El ligurio, bajo el nombre de monegasco, es también la lengua tradicional de Mónaco, donde es hablada por unas 5.000 personas como segunda lengua, según datos de 1988, tras ser declarada casi extinguida en 1970; su zona se extendió hasta la esquina oriental del departamento de los Alpes Marítimos en Francia hasta el siglo XX. Todavía se usa en la localidad de Bonifacio en Córcega, por unos 300 hablantes que son ancianos y más activamente en las localidades de Carloforte en la isla de San Pietro y Calasetta en la de Sat'Antioco, en el suroeste de la costa de Cerdeña. Está amenazada.

Reducidos a un exiguo territorio por el empuje del véneto (y en menor medida de los dialectos eslavos) están los dialectos istrianos o istriotas, denominados también istro-romance, hablados en Rovigno, Dignano y en los pueblos de Valle, Fasana, Gallesano y Sissano, en Croacia. Muestra características pre-vénetas arcaicas (como la diptongación i > ei, como déigo < dico, séimizo < cimice(m), etc. y u > ou, como en douro < duru(m), lóuna < luna, etc.) que no se pueden llamar ladinas, como creyó Antonio Ive (1851-1937), oriundo de Rovigno y el más productivo estudioso de estos dialectos a fines del siglo pasado, al llamar al istriano o istriota 'ladino-véneto', pues las concordancias entre istriano y ladino son, casi siempre, acuerdos en la conservación de fenómenos latinos y no innovaciones paralelas y, por añadidura, de los caracteres peculiares del ladino no comparte ninguno el istriano.
No obstante, hay disparidad de criterios sobre la exacta posición del istriano pues unos le adjudicarían un fondo ilirio-romance parecido al del dálmata al cual se habría superpuesto el friulano primero y el véneto después. Según otros hay que rechazar tanto la 'ladinidad' como la 'dalmaticidad' del istriano que representaría un tipo autónomo del sistema de los dialectos italianos.
En 1998 se contabilizaban 400 hablantes que lo usaban como primera lengua y la misma cantidad como segunda, además de 500 que viven fuera de Istria. Hay jóvenes hablantes en Bale y de mediana edad en Galizana; en los demás sitios son ancianos. Todos los idiolectos están fuertemente influenciados por el veneciano, aunque el istriota todavía se cultiva activamente en la poesía folclórica. Está seriamente amenazado.
Escritura
Para escribir italiano se usa el alfabeto romano aunque las letras j, k, w, x e y sólo aparecen en palabras extranjeras.

Juan 1:1-8 en italiano
Gramática El sistema de sonidos del italiano es muy similar al del latín o al del español.. Su gramática también es parecida a la de las otras lenguas romances modernas, mostrando concordancia de adjetivos y nombres, el uso de artículos determinados e indeterminados, la pérdida de declinación nominal para el caso y un elaborado sistema de tiempos perfectos y progresivos para el verbo. La diferencia más notable con el español o el francés es que no usa -s ni -es para formar el plural de los nombres sino que usa -e para la mayor parte de las palabras femeninas e -i para las masculinas (y ciertas palabras femeninas).
La lengua tiene dos géneros y dos números Las terminaciones nominales dan la clave del género: por ejemplo, la mayoría de los nombres en -o son masculinos con plural en -i, il bambino 'el niño' - i bambini -a son femeninos con plural en -e; por ejemplo la stella 'la estrella' - le estelle 'las estrellas', aunque estas categorías no son absolutas: la mano 'la mano', plural le mani; il poeta 'el poeta', plural i poeti. La mayor parte de los nombres en -e son masculinos, por ejemplo il fiume 'el río' y todos los terminados en -ziones, -gionme, -udine son femeninos. 'los niños'. La mayor parte de los nombres en
Algunas palabras de origen italiano han pasado al español, como spaghetti, casino, macarrón, volcán, lava, góndola, regata, incógnito, malaria, bandido e infierno. Muchas otras proceden del campo de la música y del arte, como aria, allegro, piano, viola, ópera, sonata, concierto, tempo, crescendo, maestro y virtuoso.
El artículo determinado marca género y número: il - i masculino; la - le femenino. La numeración del 1 al 10 es la siguiente: uno/una, due, tre, quattro, cinquem, sei, sette, otto, nove, dieci; 11 undici, 12 dodici, 13 tredici, 20 venti, 30 trenta, 40 quaranta, 100 cento.

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